Macizo de las Cevenas, primavera de 2025.
La Oficina Nacional de Bosques lanza un protocolo micológico nacional de una ambición poco común: medir durante varias décadas la relación entre la salud de los hongos y la de los bosques, en un contexto de trastorno climático.
¿El desafío? 55 sitios repartidos por todo el territorio. Decenas de técnicos forestales ya sobrecargados. Y un detalle que lo cambia todo: su participación es enteramente voluntaria.
El brief inicial era claro: crear una película de 15 minutos explicando paso a paso el protocolo de recolección de muestras. ADN ambiental. Precisión científica. Cero margen de error.
Plazo: 2 meses. Tres días de rodaje en zonas remotas del macizo de las Cevenas.
Un proyecto técnico estándar para una agencia de producción clásica.
Pero durante la primera reunión con el departamento de comunicación, una frase lo cambió todo.
"Los forestales no tienen ninguna obligación de participar."
Como ingeniero convertido en realizador, he aprendido una cosa: la mejor explicación técnica del mundo no sirve de nada si el ser humano no está comprometido.
Hice la pregunta incómoda:
"¿Por qué un técnico forestal desbordado, sin obligación contractual, sacrificaría su tiempo para recolectar muestras de tierra?"
Silencio.
El departamento de comunicación estaba enfocado en el "cómo hacerlo". Los científicos responsables del proyecto también. Incluso habían previsto un guion con toques humorísticos para "amenizar" la explicación técnica.
Pero nadie se planteaba la pregunta del "por qué preocuparse".
Ahí fue cuando lo entendí: teníamos dos públicos con dos necesidades radicalmente diferentes.
Los forestales ya convencidos → necesitan el protocolo técnico preciso
Los forestales a movilizar → necesitan comprender el sentido de su contribución
Propuse una solución que no costaría un euro más: optimizar el rodaje para crear DOS películas con los mismos recursos.
Película 1: El protocolo técnico detallado (15 min)
Película 2: La película motivacional que nadie había pedido (3 min)
La responsable de comunicación captó la oportunidad inmediatamente. Sin coste adicional. Un potencial de diferenciación enorme. Aceptado sin dudar.
El rodaje en las Cevenas fue un ejercicio de equilibrista.
Las restricciones:
Nuestra metodología probada:
Nunca filmamos sin haber mapeado la estructura narrativa previamente. Fase de preproducción rigurosa: objetivos validados, personajes identificados mediante pre-entrevistas, estructura narrativa construida para captar las frases correctas durante las entrevistas frente a cámara.
Cada etapa, un entregable. Cada entregable, una validación del cliente. Cero sorpresas en la entrega.
En el terreno, capturamos dos estratos simultáneamente:
Para la película del protocolo:
Para la película motivacional:
Mi formación de ingeniero fue esencial para descifrar un protocolo de ADN en plena evolución. Mi sensibilidad de cineasta para capturar la emoción detrás del método.
El mismo rodaje. El mismo presupuesto. Dos impactos radicalmente diferentes.
Entrega, unas semanas después.
Gérald Gruhn, responsable del proyecto Meta-Myco —totalmente enfocado en la película del protocolo— descubre la película motivacional.
Su rostro cambia.
Comprende instantáneamente lo que nosotros habíamos visto desde la primera reunión: sin adhesión emocional, su protocolo científico perfecto quedaría en letra muerta.
Unas semanas después de la difusión, nos escribe:
"Más allá de la película institucional, los actores del proyecto tienen motivaciones propias y entusiastas. La idea de aprovechar esta energía alrededor de nuestro proyecto de película resultó muy beneficiosa. Tanto más cuanto que estas imágenes también pudieron utilizarse para comunicar externamente sobre nuestro proyecto. Ahorro de tiempo, de energía, impacto y perspectivas ampliadas. ¡La producción Buena Onda Stories merece su nombre!"
— Gérald Gruhn, Responsable Meta-Myco, Oficina Nacional de Bosques
Añade:
"El valor agregado estuvo realmente en el enfoque, la escucha, la comunicación y la gestión del calendario, para un resultado de calidad, más allá de nuestras esperanzas."
Traducción: Ya no somos percibidos como "proveedores de vídeo". Ahora somos considerados socios estratégicos capaces de ver lo que el cliente aún no ve.
Eso es exactamente lo que buscamos con cada colaboración.
Despliegue:
El giro inesperado:
La película del protocolo, inicialmente destinada a un público interno restringido, sigue siendo una herramienta operacional eficaz.
Pero la película motivacional abrió una puerta de comunicación externa que la ONF no había anticipado.
Muestra la pasión de los científicos. Humaniza un organismo percibido como puramente administrativo. Participa en la notoriedad de una institución nacional.
Tres minutos que reposicionan la imagen de toda una organización.
¿Nuestro estatus ante el cliente?
Ya no somos percibidos como "proveedores de vídeo". Ahora somos considerados socios estratégicos capaces de ver lo que el cliente aún no ve.
Eso es exactamente lo que buscamos con cada colaboración.
1. La técnica sin motivación es una inversión estéril
Puedes tener el mejor protocolo del mundo. Si los actores de terreno no comprenden el "porqué", fracasarás.
2. El Double Impact Framework funciona
Dos películas. Dos públicos. Dos objetivos complementarios. Un solo presupuesto.
Película 1: Motivación → Crear la adhesión emocional
Película 2: Protocolo → Proporcionar las herramientas operacionales
3. Ingeniería + storytelling = diferenciación estratégica
Mi doble formación no es un truco de marketing. Es una metodología que permite traducir la complejidad técnica en relato humano sin traicionar el rigor científico.
Los científicos de la ONF lo validaron. No por cortesía. Por satisfacción profesional.
En tu organización, ¿cuántos proyectos técnicos fracasan por falta de adhesión humana?
¿Cuántos protocolos perfectos quedan sin aplicar porque nadie se tomó el tiempo de responder al "porqué" antes de explicar el "cómo"?
¿Cuántos presupuestos de comunicación se desperdician produciendo contenidos que nadie mira porque informan sin comprometer?
Este proyecto con la ONF demuestra una convicción:
Las organizaciones de impacto —ya sean en investigación ambiental, innovación cleantech, economía social o transición ecológica— necesitan storytelling estratégico respaldado por la ciencia.
No vídeos corporativos pulidos.
No PowerPoints animados.
Relatos que comprometen al ser humano ANTES de desplegar la técnica.
Si lideras proyectos donde el compromiso humano condiciona el éxito operacional, hablemos.
Porque entre una película y dos películas, a veces hay toda la diferencia entre el fracaso y el impacto.
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